La digitalización, la transición ecológica y el CO2 de internet

Imagen: pixabay Gerd Altmann

El fondo de Recuperación Europeo tiene dos objetivos principales, la transición ecológica y la transformación digital y este año 2020 nos ha hecho avanzar en la digitalización mucho más que en los últimos años.

Desde el aislamiento, hablar, trabajar, comprar, relacionarnos, hacer deporte, estudiar, descubrir, volver a conectar, etc. ha hecho que estas herramientas se hayan convertido en la solución ante la necesidad, y la adaptación ha sido muy rápida. Hemos tenido y tenemos todo, o casi todo, al alcance de un “clic”.

Los autónomos, las pymes y las grandes empresas han tenido que acelerar esta transición digital para responder a los requerimientos de los clientes y adaptarse al contexto en el que se ha podido y se puede trabajar actualmente.

Pero ambas velocidades, la de la transformación digital y la de la transición energética son muy diferentes y van, en la mayoría de los casos, en dirección contraria.

El poder de un «Clic»

El año 2020 ha sido el año del e-commerce, del crecimiento de los marketsplaces (el 30% de las compras se realizan a través de Amazon) y más del 50% de las compras totales las realizamos a través del móvil.

En el sector educativo ha habido que iniciar la digitalización antes de lo previsto y aprender haciendo.

El teletrabajo se ha manifestado como una realidad posible. Las videoconferencias, las reuniones virtuales, etc. se están consolidando como una manera de ser más eficientes, flexibles y estamos aprendiendo una nueva forma de acercarnos y comunicarnos a través de la pantalla.

A las aplicaciones ya existentes para hacer actividad física, entrenamientos personales, salud y bienestar, se han sumado las iniciativas de los centros deportivos, clubes, estudios de yoga, etc. dando servicios online a sus clientes habituales.

Los esports que ya llevan entre nosotros muchos más años de los que imaginamos, tienen una previsión de crecimiento para el año 2022 de hasta 645 millones de usuarios.

Las redes sociales se han llenado de contenido al alcance de todas las personas (con conexión a internet). Formaciones, webinars, conferencias, congresos, eventos…y estamos enganchados al “like”.

Lo presencial se ha transformado en virtual y lo que ya había nacido virtual se ha potenciado.

Estas redes han sido fundamentales para mantener la comunicación, acompañar y ser el canal de difusión para tantas iniciativas de colaboración y de ayuda, con un alcance que sin ellas no hubiera sido posible.

Esta transformación ya no tiene vuelta atrás.

¿Cuánto utilizamos las plataformas digitales?

Facebook y Deloitte han hecho un estudio sobre su uso y aportan los siguientes datos:

• El 46 % de las pymes ha empezado a utilizar o ha aumentado el uso de
• las plataformas digitales durante la pandemia
• El 68% esperan aumentar el uso de las herramientas digitales
• El 30% de las pymes ha empezado a usar o usar más que antes, los anuncios en las redes sociales
• El 52% de las pequeñas y medianas empresas ha empezado a usar o ha avanzado el uso de los perfiles de empresa en las redes sociales

¿Cuántas búsquedas realizamos en Google en un día?

Domo, empresa encargada de conectar los datos con los usuarios para las empresas, ha compartido su estudio anual ‘Data Never Sleeps 7.0′ (Los datos nunca duermen 7.0), donde se analiza el tráfico de datos que se produce en Internet en un minuto al día, teniendo en cuenta que el 56% de la población mundial tiene acceso a la red.

¿Preparados para  conocer los usos por minuto al día?

• 497.420 búsquedas en Google
• 39.030 descargas de aplicaciones
• 18.100.000 envío de mensajes
• 188.000.000 correos electrónicos
• 277.777 descargas de historias en Instagram
• 55.140 fotos en Instagram
• 511.200 Tuits
• 4.500.000 vídeos visualizados en Youtube
• 231.840 llamadas por Skype
• 694.444 horas de video al día en Neflix

Toda esta información y este tráfico de datos virtual necesita un gran soporte físico. Aparatos electrónicos, ordenadores, teléfonos móviles y grandes servidores capaces de almacenar la información y mantener los equipos en las condiciones óptimas de funcionamiento.

Internet, y todo lo que necesita para que nosotros podamos hacer uso de sus prestaciones consume energía, genera residuos y emite de CO2.

Y mientras la transformación digital es imprescindible, la transición energética y la descarbonización también lo son.

¿Cuánto CO2 genera nuestro uso de internet?

No tiene una respuesta fácil porque cada “clic”, cada tuit, cada mensaje no contamina lo mismo, pero si podemos tener datos a partir de diferentes fuentes especializadas.

Tomando como referencia el proyecto CO2GLE de Joana Moll, internet es el responsable del 2% de las emisiones totales de CO2, más de 30.000 kg de CO2 por minuto emitidos a la atmósfera.

• 0,2 gramos de CO2 por búsqueda en internet
• 4 gramos de CO2 por un e-mail normal
• 0,3 gramos de CO2 por correo spam
• 50 gramos por correo electrónico con archivo adjunto
• 300 gramos de CO2 por una hora streaming (netflix)
• 148 gramos de CO2 por hora de videojuego

Datos: Galán Figueroa, profesor de UNAM

Algunas equivalencias:

• 272,3 gramos de CO2 un ciclo de lavadora
• 274,3 gramos de CO2 2 horas de un frigorífico con congelador
• 20 gramos de CO2 una taza de té
• 143 gramos de CO2 un coche de gasolina de tamaño mediano por kilómetro (agencia europea de medioambiente 2020)

El uso de internet crece, una gran parte de nuestra vida personal y laboral es virtual ,y la transformación digital es imprescindible. El reto es lograr que esta evolución sea positiva para las personas, para las organizaciones y para el planeta.

La transición energética, la reducción de emisiones y del consumo de energía deben estar integradas en transformación digital, y la transformación digital debe ayudar a la transición energética y a la descarbonización.

Las organizaciones deben hacer su parte, y las personas debemos hacer la nuestra. Y esto pasa por una reflexión del uso que damos a lo digital, del espacio que ocupa en nuestras vidas y de las consecuencias ambientales económicas y sociales que tiene nuestro comportamiento virtual.

¿Te atreves a calcular tu huella de carbono digital?

¿Cómo podemos reducirla en nuestra vida personal y profesional?

Además de calcularla, tenemos medios a nuestro alcance para poder reducirla y compensar el resto.

Las mayores empresas de internet van aumentando el uso de energía renovable como por ejemplo Google (que ya es neutra en emisiones), Facebook, Apple, Itunes, Youtube, WasthsApp, Instagram, etc.

• Racionaliza el uso de internet y evita el consumo superfluo
• Usa un buscador ecológico
• Elige tus canales de comunicación con relación a su impacto medioambiental. Greenpeace ha auditado con la campaña Cliking Clean a muchas aplicaciones y la información es pública
• Compra el Smartphone ajustado a tus necesidades y utilizado durante su vida útil así como el resto de aparatos electrónicos
• Busca proveedores TIC comprometidos con el planeta y la reducción de las emisiones
• Repara, reutiliza y/o dona tus aparatos para generar el menor residuo posible
• Date de baja de las newsletters que no lees
• Aloja tu web en hosting verde y evalúa su impacto medioambiental con herramientas como EcoGrader o WebsiteCarbon
• Recarga la batería con energía renovable (contrata energía renovable en tu casa y en tu lugar de trabajo)
• Aligera tu web
  Utiliza los plugins imprescindibles
• Vacía el correo electrónico, guarda solo lo imprescindible
• Reduce el streaming
• Compra online de manera consciente y responsable.

Y lo que no puedas reducir, compénsalo.

La transformación digital va directamente unida a la transición ecológica y es nuestra oportunidad. Belén Kayser en su artículo “Digitalización y sostenibilidad, un binomio indivisible” lo explica de manera impecable.