blog | Sostenibilidad en la organización
El agua y la vida
El agua es imprescindible para la vida,
Es uno de los principales componentes del cuerpo humano y no podemos vivir más de tres o cuatro días sin beber agua porque el cuerpo necesita hidratación constante. El agua está directamente relacionada con la salud de las personas y la salud del planeta
Se estima que el 65% del peso corporal es agua. La variación oscila entre el 50% y el 70%, según cada etapa de la vida.
El agua es un derecho humano, tal y como lo reconoce la ONU y esto significa que tiene que ser: suficiente, saludable, físicamente accesible y asequible.
Nuestro planeta contiene unos 1386 millones de km3 de agua, una cantidad que no ha disminuido ni aumentado en los últimos dos mil millones de años. Nuestro planeta es azul. Lo que si ha pasado en los últimos años y que resulta alarmante es el que el consumo de agua siga creciendo a un ritmo desorbitado.
Estamos en un momento en el que la escasez agua está tomando una importancia muy relevante, diría yo, decisiva.
La actividad deportiva, en todo su alcance, es una gran consumidora de agua, y, además, parte de su actividad se realiza en el agua.
Para abordar la relación entre al agua y la actividad deportiva es imprescindible conocer, de mano de las personas expertas, cual es la situación actual, poder hacer una proyección hacia el futuro y a partir de este conocimiento, poder tomar las decisiones estratégicas más adecuadas y viables.
Para ello he pedido ayuda a Marta Santafé e Ignasi Servià, a los que agradezco su colaboración, su tiempo y sus conocimientos.
1.- ¿Cuáles son las razones por las que cada vez tenemos menos agua potable disponible?
Marta
Existen varios factores que lo explican. Una de las principales causas que generan este problema es que no somos conscientes de que el agua es finita y que se puede agotar. Tampoco tenemos conciencia del valor ambiental que tiene el agua en el ciclo hidrológico. Por este motivo utilizamos el recurso como si siempre fuera a salir agua del grifo, no la sabemos gestionar bien. Esto nos lleva a un consumo excesivo que es especialmente crítico en el caso de las aguas subterráneas que están sobreexplotadas.
Además, el problema se ha acentuado en los últimos tiempos por factores que han reducido drásticamente el agua disponible: la crisis climática está aumentando la duración y extensión de las sequías. A todo esto, hay que añadir que no sólo hay menos agua disponible, sino que, debido al crecimiento de la población, está aumentando la demanda, no sólo para el abastecimiento sino para la producción de alimentos.
Pero cuando hablamos de falta de agua potable no sólo tenemos que pensar en la cantidad de agua disponible, sino en la calidad. Cada vez el agua está más contaminada lo que contribuye a reducir el agua disponible para consumo humano. Hay zonas en las que paradójicamente hay mucha agua, pero no es apta para el abastecimiento.
Ignasi
La gente asocia el cambio climático a un incremento de la temperatura, pero yo explico que tenemos un clima que cada vez presenta más episodios extremos. El cambio climático nos exige pasar de gestionar valores medios, que se van repitiendo año tras año, a tener que gestionar valores extremos que nos sorprenden tanto por su magnitud como por el momento en que se registran. Así podemos pasar en pocos días/semanas de episodios de sequía a inundaciones por precipitaciones muy intensas, o de episodios de heladas (abril 2022) a importantes olas de calor (mayo de 2022).

2.- ¿El aumento del nivel del mar, la crisis y los eventos climáticos tienen o van a tener impacto en la reducción de agua potable disponible?
Ignasi
Sin lugar a duda que la combinación de todas estas realidades va a tener un impacto en la reducción del agua potable. Cada vez se habla más de utilizar recursos de agua no convencionales (desalación o agua regenerada) porque el agua potable cada vez será más escasa. El problema será más importante en las zonas o países que tienen menos recursos o aquellos usos que tienen menos capacidad para asumir incrementos de precios por el agua, como por ejemplo la agricultura.
Marta
Totalmente. Me gusta decir que la crisis climática es una crisis del agua. El cambio climático está alterando los patrones del clima provocando fenómenos meteorológicos extremos, exacerbando los problemas de escasez y contaminación del agua. Dichos impactos pueden afectar drásticamente a la cantidad y calidad del agua que necesitamos para sobrevivir.
Uno de los efectos más importantes del calentamiento global es la alteración el ciclo del agua, cada vez tendremos menos agua y, en contra de lo que podamos pensar, no estamos hablando del futuro, los efectos ya son evidentes en la actualidad. Esto no sólo nos afecta a las personas, sino que tiene unas repercusiones importantísimas sobre la vida en nuestro planeta.
Vivimos una crisis de biodiversidad que también impacta sobre las personas. La falta de agua puede causar daños irreversibles como lo que acaba de ocurrir con Doñana que se ha secado totalmente, la superficie encharcada de la laguna ha desaparecido.
3.- ¿En qué sectores está creciendo el consumo de agua? ¿Y cuáles los grandes consumidores?
Marta
Para responder a esta pregunta en primer lugar tenemos que diferenciar a qué país nos referimos para hacer el análisis. El consumo de agua es muy desigual según el territorio y es un buen indicador del grado de desarrollo y acceso al agua de su población. Si atendemos a los números globales, el sector industrial es el que mayores volúmenes de agua necesita tanto para la producción, la refrigeración de las diferentes maquinarias utilizadas o para fines sanitarios, como higienizar o limpiar las instalaciones.
En el caso de España el sector que más agua consume es el agrícola que alcanza cifras cercanas al 70%, el segundo en importancia es el industrial, entorno al 20% y en tercer lugar se sitúa el que corresponde al consumo de los hogares se sitúa en el 10%. Si bien en todos los sectores productivos han mejorado mucho los procesos y cada vez es necesaria menos agua el problema principal es el aumento de la demanda.
El sector agropecuario es el que ha experimentado una demanda creciente al incrementarse las hectáreas dedicadas a cultivos de regadío y la proliferación de las denominadas “macro granjas” que requieren grandes cantidades de agua. En este caso podemos afirmar que el sector agropecuario es el mayor demandante de agua y además el que mayor volumen consumen.
Ignasi
El uso del agua que representa un mayor volumen normalmente es el agua utilizada en la agricultura para producir alimentos. En el global de Catalunya este uso representa un 70% del volumen de agua. Pero estos alimentos que se producen en las zonas rurales son para abastecer a toda la población, tanto de las zonas rurales como de las zonas urbanas. Tenemos el problema que cada vez tenemos menos agua, y a la vez tenemos que alimentar a un mayor número de personas a nivel global. Actualmente somo 7.971 Millones, pero para el primer trimestre de 2023 está previsto alcanzar los 8.000 millones de personas.
En el caso de Catalunya, existe una importante diferencia entre la zona de las Cuencas Internas, la mayor parte de la zona litoral, y por tanto más poblada, y la parte catalana de la Cuenca del Ebro. En cuencas internas el regadío representa un 33% del volumen de agua, mientras que en la parte catalana de la cuenca del Ebro representa más del 90%. Otro de las características importantes de Catalunya, es que solo produce un 41 % de los alimentos que consume, por lo que su nivel soberanía alimentaria es bajo.
Para mí no es sostenible, ni inteligente, no dar importancia a la agricultura de regadío, y que los alimentos se produzcan en terceros países donde a menudo existen un mayor déficit hídrico que aquí. Se debe tener en cuenta la huella de carbono asociada al transporte de estos alimentos.
A nivel de Catalunya los usos del agua representan la siguiente distribución: agrícola 70,5%, urbano un 18,3%, el industrial un 9% y el ganadero un 2 %.

4.- ¿Cómo se puede actuar de manera ponderada a la hora de aplicar medidas de eficiencia en el consumo de agua y teniendo en cuenta las previsiones de estrés hídrico que ya existen?
Ignasi
Países del norte de África donde el problema del agua es realmente importante, han empezado a abordar las mejoras de eficiencia en el uso que supone un mayor volumen de agua, es decir en el transporte y en la aplicación del agua para la agricultura.
A menudo se realizan en campañas de concienciación en zonas urbanas con unos consumos que ya están muy ajustados. Considero que estas campañas son necesarias, pero que se produce un efecto colateral de crítica a la agricultura de regadío. Cualquier proceso productivo es susceptible de mejorar su eficiencia, pero en un escenario de cambio climático, con una superficie de cultivo más o menos constante, la agricultura de regadío es necesaria para mantener la producción de alimentos para una población que está creciendo.
Marta
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para 2050 el 55% de la población sufrirá estrés hídrico, es decir, que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado de tiempo.
En vista de este escenario tan preocupante que se nos plantea, todas las medidas encaminadas a mejorar la eficiencia en el uso del agua y a reducir los consumos a lo imprescindible deberíamos de estar aplicándolas ya si no queremos ver comprometida la disponibilidad de agua en los próximos años. No podemos seguir consumiendo recursos al ritmo actual, especialmente el agua, tenemos que ser capaces de ser más eficientes, logar consumir menos cantidad. No hay tiempo que perder.
5.- ¿Qué efectos colaterales positivos y negativos tienen las medidas de optimización en el uso del agua?
Marta
Reducir el consumo de agua es vital, tanto por parte de los grandes consumidores de agua como como de los ciudadanos. El uso sostenible del agua basado en medidas encaminadas al ahorro hará que seamos sociedades más resilientes frente a situaciones de estrés hídrico que cada vez serán más frecuentes e intensas.
Como consecuencia de todo ello es necesario replantearse el sistema productivo actual, ante estos nuevos escenarios es probable que algunas actividades no sean compatibles y puedan verse comprometidas si el agua disponible es menor.
Estas actividades tendrán que buscar nuevas fórmulas para seguir existiendo ya que sólo sobrevivirán aquellas que sean más eficientes. Tendremos que ser capaces de vivir con menos agua y eso sin duda no será posible si mantenemos el sistema de crecimiento actual.
Ignasi
Mejorar la eficiencia en el uso de los diferentes usos del agua permite optimizar un recurso cada vez más escaso. Se podrá disponer de más volumen para los diferentes usos, o con el mismo volumen de embalses tendremos reservas de agua para más tiempo.
Para mejorar estas eficiencias se deben realizar importantes inversiones y aplicar la tecnología disponible.
6.- ¿Qué papel jugamos los ciudadanos en hacer un uso responsable del agua?
Ignasi
Los ciudadanos, concentrados principalmente en zonas urbanas, tomamos una serie de decisiones donde podemos realizar un uso responsable del agua, pero donde pienso que podemos hacer más fuerza es en pedir a los líderes políticos que debemos ir más deprisa en la carrera de la mitigación y adaptación contra el cambio climático. El cambio climático cada vez va más deprisa, y las medidas no se acaban de incorporar.
Marta
Aunque como he dicho el consumo correspondiente al abastecimiento de la población no es el más importante respecto al total, los ciudadanos también tenemos un papel fundamental en el ahorro y cuidado del agua.
En este sentido, las campañas de concienciación y sensibilización son clave. Se ha visto que después del lanzamiento de este tipo de actividades de difusión los volúmenes consumidos por persona y día se han reducido considerablemente. Podemos pensar que un individuo puede hacer poco, pero, en realidad, se trata de una suma de miles de pequeños gestos y acciones.
Podemos compartir nuestra experiencia y conocimiento con otras personas e incorporar pequeños gestos de ahorro a nuestras rutinas diarias: duchas más cortas, instalar dispositivos de ahorro de agua en nuestros hogares, etc.
Y, además, nuestro papel como consumidor informado es clave. Deberíamos ser capaces de consumir menos y que los productos que compremos no estén generando un impacto sobre los recursos hídricos.
Solo aprendiendo a utilizar el agua de manera responsable podemos contribuir a reducir nuestra huella y la de nuestro entorno.
7.- ¿Creéis que será posible unir el concepto “consumir solo lo que se necesita” con “consumir dentro de los recursos disponibles del planeta”?
Marta
Es que es inevitable que así sea si no queremos un colapso del sistema planetario. De hecho, desde 2009, un grupo de científicos estableció el concepto de “límites planetarios”, considerando las principales actividades humanas que generan impactos importantes en el medio ambiente y que, a su vez, ponen en riesgo la existencia humana, principalmente porque hemos rebasado la capacidad que tiene el planeta para recuperarse de las perturbaciones que causamos.
Son nueve los límites establecidos, de los cuales, no solo hemos rebasado sino ido mucho más allá de la zona en que no conocemos los efectos a largo plazo, son aquellos relacionados con la integridad de la biósfera y el ciclo biogeoquímico, mientras que el cambio en el sistema de las tierras y el cambio climático están también por encima de los límites considerados seguros. Recientemente, el agua que se mantenía dentro de los límites, también se ha sobrepasado.
La modificación del ciclo del agua por parte de la humanidad ha empujado al mundo más allá de un espacio operativo seguro para la continuidad de la vida en la Tierra. Se ha hecho una reevaluación del límite planetario para agua dulce que ahora incluye las lluvias, la humedad del suelo y la evaporación (la llamada “agua verde”) y se ha determinado que el límite se ha traspasado y es probable que la situación empeore antes de que se observen cambios en la tendencia. Previamente, los investigadores solo habían considerado ríos, lagos y agua subterránea en sus evaluaciones. Según esta teoría, estas modificaciones que está experimentando el agua verde están provocando riesgos crecientes para el sistema terrestre a una escala a la que las civilizaciones modernas quizás nunca se hayan enfrentado. Así que, efectivamente, tenemos que aprender a vivir consumiendo sólo el agua necesaria, hasta ahora lo hemos hecho muy por encima y estamos sufriendo las consecuencias.
Ignasi
Es absolutamente necesario pasar de modelos de gestión del agua basados en la oferta del recurso, a modelos que tengan en cuenta la demanda de los diferentes usos, pero sobre todo el recurso disponible. Este año 2.022 es un buen ejemplo para explicar esto. No se puede mantener un uso constante en el tiempo de un recurso que es escaso, porque el resultado es que en algunos años hidrológicos se pueden acabar las reservas de agua a mitad del ciclo hidrológico.
Pienso que la sequía de este año 2.022 supondrá en la gestión del agua. Aquí comparto algunas imágenes de una sequía generalizada en Europa:
- En las cuencas del Sur de España (Guadalquivir, Guadiana, Guadalete-Barbate), a finales de agosto de 2022, a pesar de las restricciones, las reserves están por debajo del 25% cuando la media de los últimos 10 años era superior al 50%.
- El 47 % de la superficie terrestre de la UE está amenazada por #sequía (condiciones de alerta) y el 17 % está en alerta, como la cuenca del Po.
- El caudal de importantes ríos como el Danubio no permiten que estos no sean navegables en algunos tramos.

8.- ¿Cuánta agua tenemos disponible por persona y día?
Ignasi
En la zona de Barcelona el agua es algo superior a los 100 l/hab / dia, y en el informe España en cifras del INE, se indica que el consumo medio de los hogares españoles de 2016 se sitúa en 136 l/hab/dia. En el caso de diferentes escenarios de sequía, en las cuencas internas de Catalunya se establecen los siguientes límites
Estado de Sequía Límite máximo (l/hab/dia)
Alerta | 250 |
Excepcionalidad | 230 |
Emergencia – I | 200 |
Emergencia – II | 180 |
Emergencia – III | 160 |
Pero también debemos tener en cuenta la huella hídrica de los alimentos que necesitamos estamos hablando de valores superiores a 5.000 l/hab / día, y del resto de productos que consumimos. A menudo se comparte los 35-70 litros para producir una manzana o los 15.000 litros para producir un kg de ternera o los 17.000 kg para producir un kg de chocolate. No debemos olvidar que la producción de las bebidas Cerveza, vino u otras bebidas tienen una huella hídrica asociada.
Marta
Todas las personas necesitamos tener acceso al menos a una cantidad mínima de agua para llevar una vida saludable. El agua potable y el saneamiento están reconocidos como derecho humano desde 2010, así queda recogido en la Resolución 64/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El derecho al agua no solo implica que las personas tengamos acceso al agua potable, sino que además deben reunirse una serie de requisitos, ya que todas las personas tienen derecho a disponer de forma continuada de agua suficiente, saludable, físicamente accesible, asequible y de una calidad aceptable.
Cuando hablamos de “suficiente” significa que el abastecimiento de agua por persona debe ser suficiente y continuo para el uso personal y doméstico. Estos usos incluyen de forma general el agua de beber, el saneamiento personal, el agua para realizar la colada, la preparación de alimentos, la limpieza del hogar y la higiene personal. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona y día para garantizar que se cubren las necesidades más básicas.
Este sería el mínimo vital necesario. Si analizamos los datos según países las diferencias de consumo por habitante y día son enormes: el consumo medio de agua de los hogares fue de 133 litros por habitante y día durante 202.
Dentro de España, hay mucha diferencia entre comunidades autónomas: desde los 165 l/hab/día de Cantabria a los 97 l/hab/día del País Vasco. Muy lejos de los países más consumidores como EE. UU. que se sitúa sobre los 300 l/hab/día. En los países con problemas de acceso al agua potable no llegan al mínimo vital de los 50 l/hab/día que establece la ONU
9.- Hablamos del agua que vemos, pero ¿y el agua que no vemos y que consumimos?
Marta
Efectivamente, estamos hablando de la denominada huella hídrica que se define como el volumen total de agua dulce utilizada para producir los bienes y servicios consumidos por el individuo o comunidad o producidos por la empresa. El uso del agua se mide en términos de volúmenes de agua consumidos (evaporados o incorporados a un producto) y / o contaminados por unidad de tiempo.
A pesar de que se trata de un problema global, las soluciones se encuentran en el ámbito local. Es por ello por lo que se hace necesario disponer de indicadores que permitan conocer cuál es la situación de partida y plantear posibles acciones de mejora. La huella hídrica aparece como respuesta a esta necesidad, evaluando el uso del agua de las organizaciones, procesos y productos, y proporcionando información cuantitativa y cualitativa que permita hacer un uso más sostenible y equitativo del agua dulce.
Una huella hídrica se puede calcular para un producto en particular, para cualquier grupo de consumidores (por ejemplo, un individuo, familia, pueblo, ciudad, provincia, estado o nación) o productores (por ejemplo, una organización pública, la empresa privada o un sector económico). En este sentido se trata de un indicador muy interesante ya que la huella hídrica evalúa tanto el uso de agua directo como el indirecto. Esto significa que, por ejemplo, cuando nos estamos comiendo un filete o compramos un pantalón vaquero, debemos tener en cuenta todo el volumen de agua que se ha utilizado desde el inicio hasta que llega el producto a nuestra casa. Hay algunos bienes o servicios de valores de huella hídrica altísimos, por ejemplo, la industria textil o la cárnica, mientras que otros, como la agricultura de proximidad tienen una huella hídrica mucho menor.
Ignasi
El agua que llega a nuestros hogares representa a 136 l/hab/dia a nivel nacional en 2016, pero la huella hídrica de los alimentos que consumimos puede representar 5.000 l/hab/dia por lo que considero que se debe poner en valor la magnitud y ambos valores. Esta huella hídrica es para los alimentos, pero también para cualquier otro producto, como por ejemplo las bebidas o la ropa.

10.- ¿Tenemos datos como consumidores para poder consumir teniendo en cuenta la huella hídrica?
Ignasi
A pesar de que ahora hace 20 años del concepto huella hídrica, introducido por Arjen Hoekstra, considero que no existe información detallada de la huella hídrica asociada a la producción de los diferentes productos o alimentos. A menudo este concepto está más arraigado entre los países del norte de Europa que en España, donde las necesidades de agua de riego son muy diferentes. Otro concepto que se está introduciendo es para que la producción de alimentos sea sostenible, es que estos se realicen con concesiones de agua que están legalizadas.
Marta
Lamentablemente estamos todavía muy lejos de disponer de ese tipo de datos. Igual que existe un etiquetado relativo a la energía, etiquetas ecológicas, etc. que informan, estimulan y educan a los consumidores a escoger productos y servicios con menores repercusiones sobre el medio ambiente no se ha implantado un sistema de etiquetado que nos informe de la huella hídrica. No obstante, aunque no dispongamos de esa información precisa, podemos tener en cuenta una serie de criterios a la hora de consumir productos o servicios que generen una menor huella hídrica.
11.- ¿Cómo podemos reducir nuestra huella hídrica como consumidores y que impacto tendría en el consumo de agua global?
Marta
Me parecen especialmente importantes los sectores de la alimentación y de la moda, ya que son de los que más agua consumen. Por ejemplo, las frutas y verduras son dos de los productos que menor huella hídrica tienen, siempre que sean productos de proximidad, frente a otros productos de origen animal como la carne o los alimentos ultra procesados. En cuanto al sector textil, ya se empieza a ver que algunas marcas incluyen información que indica que se ha reducido el consumo de agua en la fabricación de la prenda, eso ya es un gran paso. Un importante gesto que podemos tener es huir del modelo de “moda rápida” que tanto daño está haciendo al equilibrio planetario, y especialmente al consumo y contaminación del agua. Lo ideal es este sentido hacer un consumo inteligente y comprar sólo aquello que verdaderamente nos hace falta, si podemos reutilizar o comprar de segunda mano mucho menor será nuestro impacto.
Podríamos pensar que un individuo por sí mismo poco tiene que hacer y que sus acciones no van a tener efecto, pero el planteamiento debe de ser todo lo contrario, una pequeña acción, por insignificante que parezca, puede tener un efecto multiplicador cuando las llevamos a cabo millones de personas. Cada acción cuenta. El papel que tenemos como consumidores es muy potente, si dejamos de demandar productos con alto impacto y huella hídrica, los productores no tendrán más remedio que cambiar si quieren mantenerse en un mercado tan competitivo. Ahí está el verdadero poder como individuos.
Teniendo en cuenta toda esta información podemos consumir de manera más consciente y sostenible y podremos reducir de manera significativa la huella hídrica de nuestra cesta de la compra. Pero todavía queda mucho trabajo de divulgación y sensibilización para que este mensaje cale en la sociedad.
Ignasi
Considero que debemos mejorar la eficiencia en el uso del agua para poder tener una dieta sana y equilibrada. Me parece que algunas personas no estarán contentas si les cambiamos la cerveza o la copa de vino por un vaso de agua, o una tapa de jamón por un poco de lechuga.
Donde sí que tenemos margen de mejora es en la cadena alimentaria, reduciendo el desperdicio alimentario. El desperdicio alimentario supone perder alimentos que provocan desequilibrios oferta/demanda y también perder el agua asociada a la producción de dichos alimentos.
Cuanto mayor vida le demos a los productos que utilizamos, más estamos reduciendo su huella hídrica. Si para producir una camiseta de algodón se necesitan 2.000 litros de agua, miremos de utilizarla varias veces antes de lanzarla.
12.- ¿Cuál es la huella hídrica que deberíamos no sobrepasar por persona y día o año?
Marta
Para responder a esta cuestión tenemos que considerar el concepto de huella hídrica indirecta de la persona, que es la suma de las huellas hídricas de los distintos productos y servicios que empleamos a lo largo de nuestra vida diaria. Estamos hablando de la electricidad que consumimos, los combustibles (gasolina, gasoil, gas natural, etc.) que utilizamos, lo que comemos, todos los productos de uso diario: ropa, productos de higiene, cosméticos, electrodomésticos, ordenadores, papel, etc. Los envases y embalajes de las bebidas, los alimentos y de todos los productos que consumimos. La gestión de los residuos que generamos.
Como se puede ver, es la suma de un gran número de actividades que llevamos a cabo en nuestro día a día. No existe definido un umbral que no deberíamos sobrepasar, la idea sería reducir lo máximo posible la que generamos en la actualidad. Para ello es imprescindible conocer y calcular el valor de dicha huella para poder entonces llevar a cabo acciones encaminadas a reducirla. Disponemos actualmente de calculadoras de huella hídrica que podemos utilizar y revisar periódicamente para ver cómo lo estamos consiguiendo.
13.- La disponibilidad y consumo de agua tiene dos variables importantes, el área geográfica y el nivel económico. Da la impresión de que ahora nos estamos preocupando porque está afectando al “primer mundo”. De qué manera se pueden establecer medidas equitativas para lograr que el agua, como derecho humano llegue a todas las personas.
Ignasi
El regadío que realizamos en España no es entendido por el resto de Europa, pero pienso que la sequía que estamos viviendo en este 2.022 a nivel de toda Europa traerá importantes cambios. He explicado que el cambio climático traerá consigo un desplazamiento la altitud y latitud de riego.
Se comenta que en este escenario habrá incremento del valor de los alimentos, esto no supone un problema para los países del primer mundo, pero si para aquellos países con menores rentas.
Marta
Efectivamente, si algo nos está enseñando el cambio climático y la fuerte sequía que está afectando a gran parte de Europa y otras partes del mundo es que no hay ningún lugar del planeta que esté libre de sufrir escasez de agua. Esto tiene una lectura positiva y es que podemos empatizar más con situaciones en otros países que tienen grandes problemas de falta de agua y que, hasta hace poco, podríamos ver como un problema lejano y ajeno.
Lamentablemente, aunque desde el año 2010 la ONU reconoció como derecho humano el acceso al agua potable y al saneamiento, en numerosas zonas del mundo el agua no es un derecho, es un privilegio.
La Resolución de la ONU exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos.
El derecho al agua tiene por fin garantizar a cada ser humano una cantidad mínima de agua de buena calidad y suficiente para la vida y la salud; es decir, que permita satisfacer necesidades esenciales como la bebida, la preparación de alimentos, la higiene y la producción de cultivos de subsistencia.
Para poder garantizar este derecho se deberían destinar importantes fondos que faciliten el acceso al agua allí donde no llega. La propia ONU, a través de su secretario general Antonio Guterres, ha reconocido la inaceptable falta crónica de inversión en agua y saneamiento lo que está perjudicando a una cantidad ingente de personas. Se calcula que, si no se cuadruplican los esfuerzos e inversiones, no se podrá cumplir con la meta de lograr el acceso universal al agua para 2030, como marca la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible en su ODS 6.
Actualmente más del 40% de la población padece escasez de agua. Los periodos de sequía cada vez son más largos e intensos y alcanzan a más lugares del planeta. El conocimiento y la tecnología para el uso eficiente del agua son imprescindibles, pero también es necesaria una reflexión sobre el uso que le damos y como la actividad deportiva, la producción de bienes y la construcción de espacios deportivos debe transformarse para necesitar menos agua y consumir dentro de los límites de un bien finito.

“Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo”